Por siglos el hombre ha tratado de desarrollar su fuerza física, llegando aún a los extremos. De ahí, el empeño en ejercitarse, desarrollar los músculos, la buena alimentación, etc. La frase de "mente sana en cuerpo sano" incorporada del latín "mens sana in corpore sano" se hizo notoria por muchs años y aún, al día de hoy, tiene vigencia.
Ese anhelo de buscar la fuerza del hombre, el desarrollo de todo su poder y de su fuerza al nivel más óptimo, se ha convertido en la finalidad de la expresión del poderío del hombre.
¿Dónde reside la mayor fuerza del hombre? Es la pregunta que se han hecho los científicos y los estudiosos del tema.
La fuerza más poderosa que tiene el hombre es su fuerza de voluntad. Lamentablemente, para muchos, a pesar de ser la mayor fuerza del hombre, para ellos puede ser su mayor debilidad.
La fuerza de voluntad es la capacidad del libre albeldrío. Es la fuerza del alma y de la mente dotados para tomar decisiones. Dios hizo al hombre con libertad para decidir. Cuando decidimos, nos hacemos responsables de nuestras decisiones.
Jesús vino a la tierra y se manifestó al mundo y al pueblo judío primeramente. La palabra dice en Juan 1:11 - 12 dice: "a lo suyo vino y a los suyos no le recibieron, mas a los que le recibieron a los que creen en su nombre les dio potestad (derecho) de ser hechos hijos de Dios".
Note que dice claramente que unos le rechazaron y otros le recibieron. A esos que le reciben, el les da el derecho de ser hijos de Dios. Dios quiere que tú decidas, pero que decidas bien. El profeta Elías le dijo al pueblo en 1 Reyes 18:21 ¿Por qué claudican entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, sírvanle, y si Baal, ¡vayan en pos de el! El llamado de Dios es para que tomes una decisión en tu vida, como se lo hizo Dios al pueblo de Israel en Deuteronomio 30:19 "A los cielos y a la tierra llamó por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia;".
Dios te llama a tomar una decisión. Delante de tí está la vida y la muerte, la bendición o la maldición, la salvación o la perdición eterna. Pero nota que Dios te da un consejo y te dice: ESCOGE LA VIDA PARA QUE VIVAS.
La fuerza más poderosa que tú tienes es tu voluntad, pero al mismo tiempo puede ser tu mayor debilidad. Si ejerces tu voluntad y te decides aceptar a Jesucristo como tu salvador, serás salvo. Si rechazas el llamado de Dios, es como si entregarás tu voluntad al diablo, quién te tendrá preso (preso a tu propia voluntad) y esclavizado por el pecado, lo que te llevará a la condenación eterna.
Pero tú eres más inteligente que eso, acepta a Jesucristo ahora mismo como tu salvador. Dile en oración:
Amado Padre Celestial, acepto a Cristo como mi Salvador personal. Reconozco que soy un pecador. Pero me arrepiento de haber pecado contra ti, de haberte ofendido. Entra a morar a mi corazón. Limpia mis pecados en tu sangre preciosa. Yo creo que Dios levantó a Jesús de entre los muertos y le resucitó al tercer día. Confieso con mi boca en este instante que: ¡JESUCRISTO ES EL SEÑOR DE MI VIDA! Y.. ¡SOY SALVO! AMÉN. |
