Amado amigo, la época de huracanes es una de las épocas del año que más nos preocupa, más si vivimos en la zona de peligro de las tormentas, como es el caso de las islas del Caribe.
Por regla general el gobierno y sus agencias de seguridad, deben tomar previsión, meses antes que comiencen a azotar estos sistemas atmosféricos. En Puerto Rico a principios de siglo no existían los recursos tecnológicos para seguir la ruta y la trayectoria de los huracanes. La gente sabía que había tormenta, prácticamente cuando el viento comenzaba a azotar de pronto. --¡Temporal!, ¡Temporal! Era el grito que se oía desde las rejoyas de los montes. Hoy en día tenemos el beneficio de las agencias que se encargan del informe del tiempo. Cada uno de los canales de televisión tiene un segmento que trata de las condiciones del tiempo en su departamento de noticias. Hay sistemas de alarmas que interrumpen la programación regular para dar informes de emergencia, como el “Emergency Broadcast System”.
Sabe una cosa amado amigo, Dios también estableció un sistema de alarmas de emergencias. El lo dejó establecido en su Palabra. La Biblia es como una luz intermitente que te da una alerta a tiempo. Refiriéndose a esto, el Apóstol nos dice en 1 Pedro 1:19 “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;”
De la misma manera que usted prepara su casa, para los embates del huracán y protege las ventanas y recoge los escombros y quita toda la basura. Para la salvación de nuestra alma es igual, es un error dejar los preparativos para último minuto. Cristo dijo en Lucas 12:40: “Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá”.
2 Timoteo 3:1 dice:”También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos”. Hechos 3:19 dice: Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio,” Juan 3:16 dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo Unigénito para que todo aquel que en El cree, no se pierda mas tenga vida eterna”. Ves amado amigo, no tienes por que perderte, Cristo murió por ti en la cruz del Calvario. Hoy solo tienes que recibirlo en tu corazón y aceptarlo como Señor y Salvador de tu vida. Si lo aceptas, El se hace responsable de salvarte, pero si lo rechazas, entonces tú serás responsable por haber despreciado la Salvación gratuita que solo Cristo puede dar. Dile a Dios en oración: amado Padre Celestial, acepto a Cristo como mi salvador, reconozco que soy pecador, pero me arrepiento. Límpiame con la sangre preciosa de Cristo. Ahora puedo decir que soy Salvo. Amén.
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