Sagradas Escrituras (Biblia del Oso) - 15691  ¶ Y se acordó Dios de Noé, y de todos los animales, y de todas las bestias que estaban  con él en el arca; e hizo pasar Dios un viento sobre la tierra, y cesaron las aguas.  2  Y se cerraron las fuentes del abismo, y las ventanas de los cielos; y la lluvia de los cielos fue detenida.  3  Y se  tornaron las aguas de sobre la tierra, yendo y volviendo; y decrecieron las aguas al cabo de ciento cincuenta días.  5  Y las aguas fueron decreciendo hasta el mes décimo; en el décimo, al primero del mes, se descubrieron las cabezas de los montes.  7  y envió al cuervo, el cual salió, y estuvo yendo y tornando hasta que las aguas se secaron de sobre la tierra.  8  Envió también de sí a la paloma, para ver si las aguas se habían aliviado de sobre la faz de la tierra;  9  y no halló la paloma donde reposar la planta de su pie, y se volvió a él al arca, porque las aguas estaban aún  sobre la faz de toda la tierra. Y él extendió su mano y la tomó, la metió consigo en el arca.  11  Y la paloma volvió a él a la hora de la tarde; y he aquí que traía una  hoja de oliva tomada en su boca; y entendió Noé que las aguas se habían aliviado de sobre la tierra.  13  ¶ Y fue, que en el año seiscientos uno de Noé, en el mes  primero, al primero del mes, las aguas se enjugaron de sobre la tierra y quitó Noé la cubierta del arca, y miró, y he aquí que la faz de la tierra estaba enjuta.  17  Todos los animales que están  contigo de toda carne, de aves y de bestias y de toda criatura que anda arrastrándose sobre la tierra, sacarás contigo; y vayan por la tierra, y fructifiquen, y multiplíquense sobre la  tierra.  19  Todos los animales, y toda criatura, y toda ave, todo lo que se mueve sobre la tierra según sus especies, salieron del arca.  20  ¶ Y edificó Noé un  altar al SEÑOR y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar.  21  Y olió el SEÑOR olor de reposo; y dijo el SEÑOR en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre es malo desde su niñez; ni volveré más a herir toda cosa viva,  como he hecho.  22  Todavía serán  todos los tiempos de la tierra; es a saber  sementera, y siega, y frío y calor, verano e invierno, y día y noche, no cesarán.   |